Están basadas en nuevas tendencias y cambios de legislación inminentes que traen oportunidades urgentes por cubrir
Hablar de oportunidades en sostenibilidad puede resultar un tema casi infinito. Hay tanto por hacer y tanto dinero dispuesto a invertir en ello, que conviene acotar un poco el asunto. Como guía, siempre lo decimos, podemos tomar de nuevo los ODS, claves para definir las necesidades globales a las que nos enfrentamos.
Pero bajando un poco a tierra, también podemos analizar cuáles son esas necesidades más inmediatas y cómo está de maduro el mercado en muchas de ellas. Por ejemplo, en todo lo que tiene que ver con el consumidor final, hay que tener en cuenta que una buena parte de la población todavía no está dispuesta a consumir productos más sostenibles si eso implica un mayor coste.
Según una investigación realizada por IMOP Insights, hay una mayoría de consumidores que está concienciada con la necesidad de realizar cambios para cuidar el planeta, pero en la práctica solo han cambiado pequeños hábitos que no les exijan mucho sacrificio como reutilizar bolsas, comprar solo la ropa necesaria o comprar alimentos de proximidad. Los convencidos y sensibilizados realmente representan un 30% de la sociedad.
El precio o no tener una recompensa inmediata frenan el consumo sostenible en buena parte de la población. Y son mayoría también los que piensan que los que tienen que mover ficha primero son las empresas y los gobiernos impulsando tecnología y productos adecuados para consumir.
MODA, LA PUNTA DE LANZA DE LA PRODUCCIÓN INDUSTRIAL
La Comisión Europea está avanzando en la exigencia de circularidad en todas las industrias, el impulso del ecodiseño y la producción de bienes más duraderos. Exigencias que ya se reflejan en normativas de ámbito nacional como eI Plan de Acción de Economía Circular (PAEC), que incluye 116 medidas a desarrollar entre 2021-2023 que afectan a 11 ministerios.
Significa, que todo lo que ayude a conseguir esa circularidad es una oportunidad inminente. En moda, por ejemplo, se exige que se incluyan fibras reciclables en los textiles que se utilicen, para que sean más duraderos y fáciles de reciclar. O un Pasaporte Digital de Producto que refleje información sobre su procedencia y sostenibilidad.
“En el momento en que se diseña y se fabrica ya se está pensando en qué va a pasar con esa prenda durante todo su ciclo de vida y con la mirada puesta en que la mayor cantidad de ropa que se fabrica acabe otra vez en el ciclo de producción. El objetivo es que en 2030 todos los productos textiles comercializados en la UE sean duraderos y reciclables. A día de hoy estamos lejos de eso porque solo el 1% de la ropa que se fabrica se recicla”, explica Lourdes Ferrer, fundadora de PERCENTIL, pionera en España y una de las pioneras de Europa en moda de segunda mano.
Tal y como apunta la fundadora de PERCENTIL “las oportunidades en la búsqueda de la circularidad de fabricantes y grandes comercios implica también la colaboración con startups innovadoras que les ayuden a alcanzar esos objetivos. Hay que buscar fórmulas para crear alianzas entre marcas y empresas de segunda mano trabajando el reciclaje, la clasificación de ropa y todas las cadenas que intervienen desde que la prenda se fabrica para realmente hacer un cambio a futuro”.
De hecho, grandes empresas, y no solo de moda, sino también de tecnología, ya están apostando por incluir dentro de su oferta distintos servicios para alargar la vida útil de sus productos (como los ordenadores, móviles y tablets reacondicionados).
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“Nosotros ya llevamos un año colaborando con empresas del sector para ofrecerles la recogida de ropa de segunda mano a sus clientes. A través de la propia marca, ofrecemos nuestro servicio en su web, recogemos las prendas de sus clientes y les ofrecemos la alternativa de venderla a través de nosotros o conseguir un descuento de la propia marca”, explica Lourdes Ferrer.
Reducir, Reutilizar, Reciclar
“Dentro de la cadena de reducción del impacto medioambiental se busca primero reducir el consumo y la fabricación produciendo bienes más duraderos. En segundo lugar la reutilización, en la que entramos las empresas de segunda mano. La idea es seguir regulando que las empresas tengan como parte de su responsabilidad el facilitar a sus clientes la reutilización de los productos fabricados por ellos. Por ejemplo, algo que hace Patagonia desde hace mucho, que cuando se estropean sus prendas les dan un servicio de reparación para que puedan volver a ponerlas en circulación», comenta Lourdes Ferrer.
«Y en tercer lugar el reciclaje. Al final en el sector todo el mundo está buscando cómo hacer sus colecciones y sus procesos lo más circulares posible. Prepararse para nuevas regulaciones que están por venir. Este año se ha puesto en marcha la prohibición en España de incinerar prendas que no hayan salido a la venta. Y antes de finales de 2024 los ayuntamientos tendrán que poner a disposición de la gente contenedores donde se recicle el tejido”, añade.
Otra clave para encontrar oportunidades está en ayudar a los fabricantes a mejorar el ciclo de vida del producto. Se habla ya de la responsabilidad ampliada del productor. La marca no se puede quedar al margen de lo que sucede con los productos que fabrica una vez que están en el mercado.
«Tiene que hacerse responsable con lo que pasa con sus productos cuando sus clientes dejan de utilizar sus productos, qué pasa con los tejidos que utilizó para fabricar esos productos, qué pasa con las prendas que fabricó que eran de poliéster y que a la hora de lavarlas desprenden microplásticos que son muy contaminantes para el planeta… Un reto porque imagínate para conseguir que en 2030 todos los productos textiles de la UE sean duraderos y reciclables”, comenta Lourdes Ferrer.
A veces las soluciones no están exclusivamente dentro del proceso de producción de las prendas, sino fuera de él. Soluciones transversales como Mimbly, que ha ideado un dispositivo que se conecta a la lavadora para atrapar en los lavados esas microfibras de las que habla Ferrer, además de reducir el consumo de agua y energía.
Marketplaces de desechos industriales
Siguiendo con el ejemplo del mundo de la moda, nuevos negocios como Recovo, un Marketplace B2B para impulsar la circularidad del sector transformando los residuos textiles en recursos para la industria de la moda. En él las marcas de moda pueden comprar y vender tejidos sobrantes y darles una segunda vida. O CoCircular, para residuos de constructoras, ingenierías, promotoras y estudios de arquitectura.
O ScrapAd, en el que comprar y vender todo tipo de materiales reciclables. Y quien dice para la industria de la moda y construcción, dice de fabricantes de muebles, de electrónica…
Nuevos materiales
A partir de desechos de la industria o aportando I+D. Por ejemplo, Woodea, una constructora de baja huella de carbono para crear construcciones sostenibles y asequibles.
Herramientas para medir el impacto
Como parte de esta exigencia de circularidad y sostenibilidad hay oportunidades para “herramientas de medición sencillas que permitan a cualquier organización de cualquier tamaño medir sus impactos de una manera fácil porque si no mides no eres consciente de los impactos que puedes tener. Muchas de las que hay ya en el mercado no siempre son sencillas. Por eso ahí hay una oportunidad: herramientas sencillas de medición de los impactos”, comenta María Calvo, Community and Workspaces Director de Impact Hub.
También herramientas especializadas en segmentos concretos, como Dcycle, una herramienta que mide el impacto del ciclo de vida de productos de la industria textil.
O Bcome, para la gestión sostenible de marcas de moda y calzado.
Herramientas de trazabilidad
“Otra oportunidad es medir cómo se comportan las personas como ciudadanos, como consumidores, como decisores, de las compras de los viajes, de los trabajos que hacemos”, comenta María Calvo.
Indice de reparabilidad y durabilidad
Como parte de la trazabilidad o de sellos de calidad estarían los futuros índices de reparabilidad y durabilidad, que ya se exigen en Francia. “Igual que hasta ahora tú te vas a comprar una lavadora y tienes el distintivo energético, en Francia se pide ya el índice de reparabilidad y el índice de durabilidad. ¿Qué vas a hacer como usuario? Y estos índices van a invitar/obligar a las empresas a replantearse cómo diseñan las cosas y con qué materiales están haciendo las cosas. Es un cambio que es necesario”, explica Marc Fabra.
Modelos de Renting
Dentro de la circularidad o como solución colateral está el cambio al pago por uso. “Hay una tendencia a que cada vez tengamos menos productos que no utilizamos en casa. Por ejemplo, un corta césped. Si lo utilizas una vez al mes tiene sentido que en lugar de comprarlo lo alquiles”, comenta Mar Fabra.
Alquiler por suscripción de bicicletas como Wifly y Kleta, entre otras nuevas marcas que están surgiendo en el mercado. O Grover y Tecfys para electrónica de consumo. La clave está en ofrecer el alquiler con opción a compra al final de un periodo determinado, como el leasing de coches.
ALIMENTACIÓN SOSTENIBLE
La alimentación es justamente uno de los sectores en los que los usuarios están más dispuestos a hacer sacrificios para evitar el desperdicio. Tirar la comida es algo que casi ningún consumidor ve con buenos ojos y están dispuestos a pagar por fórmulas que eviten ese desperdicio, según el estudio de IMOP Insights.
Nuevos conceptos como Too God to go, vendiendo barato lo que los comercios van a dejar de vender en el día. O herramientas para hacer una gestión más eficiente de los restaurantes.
También plataformas para gestionar las donaciones de alimentos, como Naria, un proyecto surgido de Nadie Sin su Ración Diaria, que gestionaba la ayuda en “las colas del hambre”. Hoy son pioneros en la trazabilidad de todo el sistema de donaciones a través de blockchain.
También soluciones para la industria alimentaria eliminando desechos innecesarios como CoffeeB, el primer sistema de cápsulas de café sin cápsulas. Han ideado unas bolas de café prensado envueltas únicamente con una capa protectora de origen natural y totalmente compostable para evitar las 100.000 toneladas de residuos de cápsulas que se generan anualmente.
También fórmulas que ayuden al consumidor a acceder a alimentos sostenibles pero a mejor precio. Aquí se sitúa Fetén Market que quiere hacer más asequibles los productos eco con un modelo de supermercado por suscripción. Un ecommerce que ofrece descuentos a sus asociados sobre una cuidada selección de productos de alimentación y cuidado para el hogar ecológicos, con envíos exprés sin plásticos y libres de residuos.
Los retos del sector
“La escasez de fertilizantes y pesticidas que estamos viviendo actualmente vienen a demostrar la importancia de impulsar que los diferentes agentes de la cadena alimentaria, es decir, agricultores, industria y comercios tienen que trabajar juntos para garantizar que podemos enfrentarnos a esos retos del sistema agroalimentario”, comenta Bea Jacoste, directora de KM Zero.
¿Cuáles son estos retos? “Por ejemplo, el desperdicio alimentario es uno de los que más preocupan. Entre un tercio o más incluso de los productos frescos que se producen acaban tirándose a la basura. Se generan emisiones en esa producción que luego no se están aprovechando en productos finales y se produce un desperdicio cuando tenemos problemas de escasez de alimentos nutritivos incluso en nuestro país. Una forma de luchar contra eso es lo que propone Apeel, en la parte de la prevención, que ha creado un espray para alargar la vida útil de fruta y verdura”.
“También vemos importante crear modelos de producción a nivel industrial que tengan esta visión de cadena. Ahí tenemos proyectos como Agropark, un parque que integra la agricultura, la ganadería y la industria impulsado por Ametller Origen, un retailer catalán. En este espacio, aprovechando que están juntas todas estas partes de la cadena, se consigue reducir al máximo ese desperdicio y esas emisiones. Es decir, se consigue generar un sistema muchísimo más eficiente”, continúa Jacoste.
Y añade: “Otro ejemplo se llama La granja, impulsado por Capsa, una granja piloto para testar las innovaciones que podrían ir a la ganadería. Innovaciones como la que han desarrollado en Pentabiol, un tipo de alimento que reduce las emisiones de las vacas. Un paso más hacia una ganadería más sostenible”.
“Luego empresas que ahondan en el concepto de economía circular, como Quelp, una startup chilena que utiliza algas como materia prima en dos líneas de negocio: para producir envases biodegradables y para producir hamburguesas y otros alimentos altamente proteicos y de base de algas”.
También es clave la garantizar la biodiversidad, que significa que en nuestro plato tiene que haber variedad de ingredientes y que no estemos siempre dependiendo de cuatro variedades que, además, no facilitan la regeneración de los suelos. En esta línea destacaría modelos como la americana Moonshot Snack, snacks de agricultura regenerativa. Son barritas para snacks saludables para el consumo y que garantizan al agricultor que le va a comprar ingredientes para producir todos los snacks que esté elaborando. Así le garantiza una demanda y el agricultor tiene la motivación para producir alimentos diferentes y alejarse de los monocultivos, que degradan el suelo”.
MOVILIDAD
La movilidad es otra de las grandes industrias por redefinir, ya que es una de las más contaminantes. Aquí predominan los negocios que ayuden a reducir la contaminación en las grandes ciudades. Y en especial con la gestión de las denominadas zonas de bajas emisiones. “Las ciudades de más de 50.000 habitantes y las de más de 20.000 que tengan problemas de calidad del aire tienen que desarrollar zonas de bajas emisiones limitando el acceso a vehículos contaminantes en función de la tarjeta de la DGT. Es una medida que obliga a diseñar nuevas alternativas de movilidad”, explica Sergio Díez, director de Conected Mobility Hub.
“Movilidad multimodal, por ejemplo, con aplicaciones que congreguen todos estos servicios y den acceso a ellos de forma sencilla y ágil. Es una tendencia que se está acelerando porque se tiene que poner en marcha el próximo año y no solamente para el tránsito de personas, sino también de bienes y de mercancías. Todo lo que tiene que ver con la logística de última milla con vehículos no contaminantes y de menor tamaño. O la gestión de los pedidos y los espacios de carga y descarga en los centros de las ciudades con microhubs logísticos para reorganizar los pedidos a comercios, canal horeca o cliente final”, comenta Sergio Díez.
Aquí un modelo sería Tboxds, hubs y microhubs urbanos.
Otra clave es la gestión de la energía que utilizan todos esos nuevos elementos de transporte. “La exigencia de reducir el consumo de energía a todos los niveles, no solamente en nuestra casa, sino también en como nos movemos. Va a haber recomendaciones de compartir coches, con plataformas que permitan compartir trayectos de VTC y de taxis como otra más de las tendencias de compartir recursos”.
Baterías y puntos de recarga
“Bajas emisiones, transporte público, movilidad activa, digitalización, eficiencia de la movilidad, electrificación… son todo tendencias en las que se está y se va a invertir mucho dinero público y privado como parte del PERTE de la movilidad. También fábricas de baterías como parte de las grandes inversiones industriales en las que las pymes y startups tienen mucho que decir en todo lo que sea el desarrollo, la innovación y la búsqueda de baterías más baratas, más ligeras y que duren más. También todo lo que tiene que ver con el hidrógeno para el transporte de larga distancia: trenes y camiones”, continúa Sergio Díez.
“Hay una oportunidad para emprendedores no solamente en hardward y tecnología, también en la gestión de los cargadores y todo lo que hay alrededor. Por ejemplo, empresas de desarrollo de hardware para cargadores, pero también software para micromovilidad eléctrica, como puntos de carga con baterías en las que los usuarios llegan, dejan la suya y cogen una cargada para su moto o bicicleta eléctrica. Un modelo de pago por uso de la batería, te evitas la inversión en la batería que es un tercio del coste del vehículo”.
También desarrollo de cargadores de coches eléctricos como V2CHARGE. Cargas con energía fotovoltaica: Trydan.
O taquillas para guardar patinetes y cascos, como Pboox.
Plataformas de renting
También propuestas que faciliten la adopción de esta fórmula en la gestión de las flotas, como PandaGo, que integra “un marketplace con un SaaS de desarrollo propio para hacer más fácil la gestión del renting de las empresas. Cuando se contratan vehículos diferentes y proveedores diferentes muchas veces se pierde mucho tiempo en la gestión de las incidencias y otros trámites. Había un hueco en ayudarles a encontrar y contratar desde una sola plataforma todo tipo de vehículos de trabajo de entornos urbanos: coches, motos, triciclos y pequeños cuatriciclos”, explica Mariano Galán, CEO y cofundador de PandaGo. Que añade: “Es un mercado muy fragmentado y por eso tiene sentido que hayamos nacido nosotros”.
CLEANTECH: TECNOLOGÍA PARA GESTIONAR AGUA Y ENERGÍA
Con la situación actual, no hace falta explicar el enorme problema que tenemos en el mundo desarrollado con la escasez de la energía unida a la necesidad de impulsar energías renovables. En esta para de los ODS, dominada por gigantes, las startups tienen mucho que decir en todo lo que es la tecnología aplicada a la energía, para hacer más eficientes los procesos y los recursos.
Ese vertical se llama cleantech y las startups que intentan revolucionar el sector son “empresas de renovables, agua, reciclaje y también de reducción de la contaminación, los cuatro subverticales o segmentos del cleantech. Desde Soltec nos interesa el de las renovables, pero lo cierto es que a día de hoy es todo más transversal”, explica Iván Soto, Project Coordinator de Aurora, la aceleradora de proyectos cleantech de Soltec. Que añade: “Nosotros estamos explorando oportunidades en la hibridación con todos los segmentos que abarca el cleantech”.
“Las tendencias dentro de la energía solar que vemos a corto plazo tienen que ver con la hibridación de la fotovoltaica con soluciones de almacenamiento y la integración con la agricultura. También vemos a medio plazo el desarrollo del bombeo solar y la solar flotante. Más a largo plazo las plantas solares se utilizarán para producir hidrógeno verde y es posible que también para hacer sostenibles actividades intensivas en electricidad, como la desalación de agua, la captura de C02 o la prestación de servicios de computación”, comenta Soto.
“Estamos trabajando sobre todo con proyectos que dirigen sus soluciones a los parques solares, es decir, nos van a ayudar a conocer mejor cómo funciona el estado de los módulos, a saber si hay riesgos para la instalación y cómo prevenirlos, nos van a ayudar a hacerlos más eficientes a la hora de construirlos…”.
“De cara a las empresas, estos proyectos les van a ayudar a que la electricidad que se produzca por energía solar será todavía más eficiente, que ya lo es mucho y más limpia. También a que los precios bajen más. El objetivo es que la energía no sea un problema para el sector empresarial, como lo está siendo ahora”.
“Por otro lado, las nuevas tecnologías digitales, blockchain, IA, IoT, están permeando el sector energético, cada vez son más relevantes en el sector y no son tan intensivas en inversión material como tener una planta de ciclo combinado o una turbina eólica. Hay una buena puerta de entrada para startups en la transformación digital del sector energético de la mano de estas tecnologías”.
Sostenibilidad aplicada a la gestión del agua
En lo que se refiere a la gestión del agua y pensando en las necesidades de nuestro país, “el principal reto al que nos enfrentamos es la sequía. Pero no lo digo como algo futurible, sino a día de hoy. En algunos sitos como toda la cuenca hidrográfica del Guadalquivir ya está decretada la alerta por sequía y en muchos municipios ya hay medidas de restricciones”, comenta María Gil, directora de GoHub Andalucía y country manager de Idrica en España.
Hacen falta proyectos que ayuden a “llevar agua suficiente adonde no hay y hacer inversiones en modernización de las redes para aprovechar al máximo los recursos de agua que tenemos”.
“Otro reto importante que está relacionado es la digitalización de todo el ciclo integral del agua, no solo para ahorrar, sino también para conocer exactamente el uso que se hace del agua en cada parte del proceso y gestionar el agua de forma más eficiente. Se trata de conocer todo ese ciclo, tanto en el urbano del agua, como en el proceso que empieza desde la captación en las fuentes de agua potable que se utilizan para llevar agua a regadíos y consumo urbano”, continúa María Gil.
“Otro gran reto es sensorizar y medir en los puntos donde está el agua de una forma directa y asequible para control de calidad del agua de forma remota, más rápida y económica que el control actual por laboratorio”.
Además, “hacen falta proyectos que ayuden a detectar roturas y pérdidas en cualquier momento del ciclo, que resultan costosas y difíciles de detectar”.
“Hay empresas de realidad aumentada aplicada a plantas depuradoras y potabilizadoras que están trabajando en desarrollos de soluciones que ayuden a formar a personal para evitar riesgos laborales en remoto o realizar el mantenimiento de esas instalaciones en remoto”.
En definitiva, “digitalización, sensorización y datos unidos a IA para tomar decisiones automáticas y mejorar la gestión de los recursos de agua de los que disponemos”.
Y todo lo que ayude a dar herramientas más eficientes y rápidas a empresas de agua, cuencas hidrográficas y regantes”.
Gestión de espacios naturales
“Otro foco está “en el uso y explotación de las aguas subterráneas y de los espacios naturales. El control del regadío y cómo pueden afectar las explotaciones agrícolas a espacios naturales cercanos. Ejemplos, Agrow-analitics, que a través de imagen satelital están haciendo recomendaciones de riego para jardines, parques urbanos y agricultura para ahorrar agua. También Aganova, que han desarrollado una tecnología muy avanzada para monitorizar el estado de grandes tuberías para detectar fugas y grietas”.
Autoconsumo de agua
“Edificios que permitan el autoconsumo de agua como ya existen en EEUU, donde por normativa hay grandes oficinas, por ejemplo, donde la empresa responsable del edificio tiene que integrar en la propia infraestructura del mismo una pequeña planta de depuración que permita reutilizar el agua para todo tipo de usos, incluso para beber. Es una tendencia que llegará aquí”, comenta María Gil.