Aunque los emprendimientos se acrecentaron con la pandemia, todos no han logrado mantenerse, el principal motivo es su falta de educación financiera, sumado al desconocimiento respecto a las múltiples entidades a las que pueden recurrir para su financiación. Así lo demostró la encuesta Emicron del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) que revela que durante el 2020 aumentaron en un 75% los préstamos “gota a gota” comparado con el 2019.
Sumado a esto, se halló que el 61,1% de los micronegocios fue financiado con ahorros personales, mientras que solo el 9,5% accedieron a un crédito bancario para ello. Esto se debe a una posible desconexión entre los microempresarios y las entidades financieras que los pueden apoyar, según Juan David Castaño, vicepresidente de fortalecimiento empresarial de la Cámara de Comercio de Bogotá, en entrevista con Portafolio.
Para Castaño, existe un fenómeno al que denomina ‘autoexclusión’, en el que los emprendedores consideran que no pueden acceder a créditos. Para solucionar dicha problemática, el experto argumenta que es indispensable que los emprendedores conozcan su flujo de caja: «Al final las empresas terminan fracasando porque sufren de caja. Un flujo de caja sano alcanza a contemplar recursos de deuda que implica acercarse a una institución financiera para un crédito», sostiene.
Los emprendedores empiezan a satanizar los recursos en deuda, es decir, los créditos que puedan adquirir para inyectar en su negocio. Castaño también puntualiza en que, para las entidades financieras es indispensable pedir la información del negocio, flujos, ingresos, egresos, mejor dicho, hacer un estudio del crédito, algo que a la larga parece no gustarle al emprendedor.
Por último, Castaño hace el llamado a los emprendedores de divisar el amplio catálogo de organizaciones financieras a las que pueden acceder. «Hay una muy buena oferta de crédito, pero para acceder a esto primero hay que educarse financieramente, entender el concepto de flujo de caja, conceptos financieros, hacer una planeación y luego solicitar el dinero que se pueda pagar”. Para ello existen: la Cámara de Comercio, el Fondo Nacional de Garantías, la banca tradicional, Fintechs, Alcaldías, Innpulsa, entre otras.