El término ‘ambiversión’ hace referencia a aquellas personas que no son ni introvertidas ni extrovertidas, una característica que es común entre los mejores líderes en los negocios.
A menudo, los expertos en gestión empresarial han intentado encontrar las características que definen a los mejores líderes en los negocios. Ser extrovertido o introvertido siempre ha sido uno de los rasgos más recurrentes en el debate aunque, desde hace unos años, la “ambiversión” se ha posicionado como una cualidad común entre los mejores emprendedores y jefes.
El término ambiversión fue acuñado en 2013 por el profesor de psicología Adam Grant, en un estudio que demostró que los profesionales extrovertidos no siempre obtienen mejores resultados como comerciales. Su investigación demostró que los trabajadores que obtenían mejores ventas se encontraban, en la mayoría de los casos, en el medio de la escala que definía la extroversión e introversión de las personas.
Aplicado al ámbito de los emprendedores, los líderes ambivertidos también suelen conseguir mejores resultados que los que pecan de ser demasiado extrovertidos o introvertidos. En ello tiene que ver que saben comunicar y convencer mejor que los segundos, pero también tienen una capacidad de escucha, comprensión y tranquilidad que no tienen los primeros.
Así, aunque la ambiversión viene dada dentro de la personalidad de algunas personas, también se trata de una capacidad que debe entrenarse. Sobre todo, entre los líderes. Pero, ¿cómo conseguirlo? En un artículo de BBC al respecto, los expertos recomiendan comenzar por las reuniones de trabajo. Así, los más extrovertidos podrían intentar guardar más silencio durante estas, mientras que los introvertidos podrían forzarse a intervenir durante más tiempo.
La fuerza de voluntad y el autocontrol, otras habilidades comunes entre los mejores líderes
Además de la ‘ambiversión’, existen otras habilidades que son comunes en los perfiles de los mejores líderes del ecosistema emprendedor. Por ejemplo, la fuerza de voluntad y el autocontrol, características que, a pesar de ser indispensables para tener éxito, en ocasiones no son tan fáciles de trabajar.
Así, los líderes más reconocidos por su éxito en los negocios suelen ser personas que han conseguido autoimponerse una disciplina que les permite atender sus proyectos desde una perspectiva positiva, incluso cuando se viven malos momentos. No todos están capacitados para dejar sus emociones negativas a un lado y mantener la constancia y el foco en momentos de dificultad. Sin embargo, esta fuerza de voluntad y autocontrol puede entrenarse, consiguiendo resultados casi inmediatos.
Por ejemplo, a través del estoicismo, una de las corrientes filosóficas que cada vez más se ponen en práctica dentro del ecosistema. Sobre todo, entre los líderes de Silicon Valley, donde encontramos numerosos ejemplos, a pesar de que es, a la vez, la capital del emprendimiento más excéntrico.
Así, uno de los principios fundamentales de estoicismo, prescindir de los bienes materiales o, al menos, no dejarse guiar por los impulsos alrededor de ellos, es un hecho observable en muchos de los emprendedores más exitosos de Silicon Valley. En este sentido, vestir con ropa atemporal y sencilla es una de las señas de identidad de grandes figuras del ecosistema mundial, como Mark Zuckerberg, fundador y CEO de Meta.
Además, el estoicismo no solo es un recurso para ayudar a los emprendedores de éxito a afrontar sus proyectos desde la mejor perspectiva personal. También sirve para liderar a sus equipos, algo que ha comenzado a aplicar el ya exseleccionador español de fútbol, Luis Enrique Martínez, quien afirmó estar “completamente obsesionado con leer a los clásicos estoicos y todo lo que tiene que ver con el estoicismo. Se me ocurren ideas que yo creo que les pueden ayudar a los jugadores y me las apunto en mi libreta.”