Cómo ahorrar costes en una empresa sin renunciar a la calidad

Todas las las empresas, independientemente del sector en el que se muevan, buscan la manera de ahorrar costes y de ser más rentables. Aumentar su productividad y rentabilidad es una manera de asegurarse unos ingresos mayores a los gastos que soportan. Sin embargo, la excesiva preocupación por conseguir más beneficios, hace que, muchas veces, los directivos y empresarios se olviden de optimizar al máximo sus recursos y encontrar la manera de ahorrar costes.

En ocasiones, las pymes y grandes empresas consideran algunos cambios como gastos difíciles de asumir, sin ser conscientes de que en lugar de gastos, esos cambios acometidos suponen una inversión que se rentabiliza en poco tiempo y que, a la larga, suponen un ahorro.

No sólo hay que centrarse en el aumento de beneficios y de la rentabilidad de una empresa sino en buscar la forma de ahorrar costes innecesarios que están perjudicando a la cuenta de resultados de la empresa.

La calidad de los servicios ofrecidos no tiene que verse afectada por esa reducción presupuestaria sino que ha de mantenerse igual o incluso ir en aumento.

Innovar en la empresa

No podemos quedarnos estancados pasando por alto la transformación digital que están llevando a cabo muchas empresas. Las nuevas tecnologías y la modernización de la empresa suponen una inversión necesaria en la era digital en la que estamos inmersos.

En este caso, no hablamos directamente de ahorrar sino de hacer una inversión inicial para poder, a medio y largo plazo, ahorrar costes. Un buen programa de gestión documental que agilice los tiempos de búsqueda de datos, ahorre gastos de personal y mantenimiento y mejore la atención a los clientes, entre otras ventajas, es una necesidad para cualquier pyme u organización.

Contar con aparatos de última tecnología, más eficientes y con menor consumo energético puede parecer en principio un gasto pero a la larga incide en los gastos de la empresa.

Pero no sólo la gestión de sus documentos, sino también, los programas, tecnología, logística, presencia en Internet, Redes Sociales…y todo aquello que suponga la adaptación a esta nueva forma de consumo.

Capacitar a los empleados

Unos trabajadores eficientes, con la formación necesaria para desempeñar las distintas tareas a las que están adscritos pero también otras funciones que pudieran realizar, es una garantía de éxito.

Algunas empresas cuentan con una amplia plantilla que mantienen desde años o décadas y en realidad no se adaptan a los cambios del mercado, con lo que al final, no son rentables.

Involucrar a la plantilla en la organización, consiguiendo que adquieran un compromiso con la misma, ayuda a tener una empresa más eficiente. Si los trabajadores no son productivos, el nivel de beneficios se verá afectado. Estarás gastando en nóminas pero no mejorando la calidad de la empresa y de los servicios ofrecidos.

Apostar por la sostenibilidad

La sociedad tiene cada vez más en cuenta el compromiso social y medio ambiental de las empresas. Ya no vale con tener un buen producto o una buena atención, sino que hay que mostrar los valores y que éstos estén alineados con la mejora de la sostenibilidad.

Hay distintas formas de ser una empresa sostenible y ecológica y, aunque en principio pueda parecerte que no tiene relación con la rentabilidad de la empresa, sí que es una forma de atraer más usuarios y clientes hacia tu negocio. El reto es conseguir que los beneficios sean siempre mayores a los gastos y por tanto, podamos ahorrar costes al mismo tiempo que mejoramos los resultados.

Aumentar la productividad

La productividad influye directamente en los costes, especialmente en los de recursos humanos y tecnológicos. Ser una empresa con unos niveles altos de productividad, siguiendo las claves para tener unos empleados productivos y eficientes, está relacionado con unos resultados financieros y económicos positivos.

Además de la capacitación de los empleados, como detallábamos antes, también hay que aportarles incentivos que les animen a involucrarse más con la empresa. Si están satisfechos y además rentabilizan al máximo su jornada laboral, los beneficios serán mayores y los costes más bajos.

Eliminar gastos innecesarios

Reducir costes superfluos es uno de los pasos necesarios para cualquier negocio que busque la manera de aumentar su productividad y ahorrar. Aparatología obsoleta que consume demasiado; numerosas impresiones que generan gastos en papel, tóner, mantenimiento; gastos elevados en electricidad y gas que se pueden reducir buscando mejores opciones en el mercado y concienciando a los trabajadores para un mejor consumo energético.

Por tanto, aumentar la rentabilidad de una empresa es posible y has de comenzar valorando cuáles son las fuentes principales de ingresos y gastos, para acometer una serie de acciones que te llevarán por el buen camino. Y recuerda que,  hoy día, ser rentable va más allá de tener una buena posición económica y hay otros factores que influyen en la toma de decisiones de los usuarios a los que te diriges.

Gestión eficaz con software inteligente

Si para la gestión de datos y documentos de la empresa necesitas un departamento con cinco personas, ahorrar en costes en este apartado es fácil usando un buen programa de gestión documental.

Hoy día, los negocios rentables son aquellos que saben optimizar bien sus recursos y no sólo es suficiente con tener empleados productivos sino que has de valorar bien las necesidades reales.

Por tanto, aumentar los beneficios de la empresa debe ser un objetivo conjunto con la reducción de costes.  En realidad, el término “rentable” puede aplicarse a cualquier negocio que genere unos beneficios mayores que los gastos que realiza, sin tener en cuenta el tamaño o la cantidad de trabajadores que tenga.

Cada vez más, las compañías buscan no sólo sus beneficios a nivel económico sino a nivel social. Ahora, las empresas no sólo necesitan una buena posición en el mercado para mantenerse y ser rentables sino también una aceptación social. Convertirse en una empresa ecofriendly, comprometida con el medio ambiente y con el bienestar de sus empleados, son ventajas que colocan a las compañías en posiciones privilegiadas frente al resto de la competencia.

Saber cómo ahorrar costes sin renunciar a la calidad debe ser un reto para tu empresa. Ten en cuenta que algunas acciones y estrategias suponen una inversión inicial y no un gasto y que a largo plazo, incluso en menos tiempo del previsto, compensará con creces la cuenta de resultados del negocio. 

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