Ha llegado el momento de empezar a pensar en ella como aliada.
Desde la primera exhibición de músculo de ChatGPT, a finales de noviembre del año pasado, han ido quedando más claras las capacidades de la inteligencia artificial, con la habilidad de crear respuestas basándose en su aprendizaje anterior y en las órdenes del usuario sobre lo que quiere recibir. A medida que pasan los meses van surgiendo nuevos estudios sobre cómo la IA podría cambiar el mundo laboral tal y como lo conocemos, y la mayoría de los expertos coinciden en que tendrá su parte buena y su parte mala. Por un lado, la IA bien gestionada podría ser de gran ayuda a la hora de acometer diversas tareas, por otro, pende como una espada sobre millones de puestos de trabajo.
Según un informe del Foro Económico Mundial, se estima que la IA será responsable de la creación de 133 millones de nuevos empleos en todo el mundo para 2025. Sin embargo, al mismo tiempo, se prevé también que eliminará 75 millones de empleos existentes. Para Gema Ruiz, responsable de innovación en la empresa de soluciones digitales Softtek, la IA ya forma parte del presente. “La IA es una realidad y está por todas partes: en nuestros móviles, en internet y en nuestro día a día. Al igual que pasó con la Revolución Industrial, estamos viviendo una transformación que supondrá una optimización de los procesos: de compras, de recomendaciones en otros sectores, de inversiones en el sector financiero, etc. Esto, aplicado al mundo laboral, es súper interesante”, augura.
Y es que la IA no solo está limitada a tareas repetitivas y de baja complejidad, de ahí que muchos la vean como una amenaza. Pero, como casi todo en la vida, en el campo de la IA hay una amplia escala de grises. “Que los robots puedan quedarse con nuestros puestos de trabajo forma parte del mito que hay alrededor de la IA. La capacidad de aprendizaje de las máquinas va a hacer que acaben ejecutando la mayoría de las tareas rutinarias y repetitivas en cuanto a lo que son los procesos dentro de una compañía, industria o sector”, apunta la experta.
Esta transformación y esa asunción de tareas por parte de las máquinas va a provocar que los profesionales se ocupen de tareas de mayor valor y de más desempeño profesional, pero para que la máquina pueda aprender se la tiene que entrenar previamente. “Por otra parte, los profesionales van a asumir tareas más relevantes y creativas y van a cambiar las profesiones. Será inevitable que en algunas se produzca pérdida de puestos precisamente porque la máquina sea capaz de asumirlos. Habrá una transición hacia trabajos con mayor especialización y más cualificados en los que los profesionales se puedan desarrollar de mejor manera”.
LA VERSATILIDAD COMO REQUISITO
A medida que la IA se convierte en una parte cada vez más integral de la fuerza laboral, los trabajadores deberemos adaptarnos para continuar siendo relevantes en el mercado, por ello, la formación y la adaptación continua serán imprescindibles. Para poder asumir las tareas de mayor valor y los procesos más creativos una vez las máquinas asuman esas tareas rutinarias y repetitivas, tendremos que ser versátiles, formarnos, aprender a entrar en ese flujo de entrenamiento de las máquinas, de modificación, mejora y optimización. La formación de los profesionales es clave”, asegura Ruiz.
Pero en este contexto, ¿qué papel le corresponderá a las empresas? “Las empresas juegan un papel fundamental ya que son las que tienen el poder de generar esa transformación apostando por tecnologías innovadoras. De esta manera conseguimos dar más valor a nuestros clientes, a los usuarios finales y aportamos un plus a la sociedad”, admite Gema Ruiz. “Debemos cuidar a nuestros profesionales para conseguir perfiles más ricos, con más cualificación y más versátiles que puedan asumir tareas de mayor valor dentro de los procesos”.
La IA, además, ofrece una amplia gama de oportunidades para ahorrar tiempo y mejorar la eficiencia logrando, por lo tanto, resultados más efectivos. Así lo explica la experta: “La máquina está funcionando las 24 horas del día y los 7 días de la semana, por lo tanto, no es un profesional que precisa sus horas de trabajo, sus tiempos de descanso y sus vacaciones. Además, una vez que aprende el proceso es capaz de eliminar errores, con lo que la calidad y la productividad aumentan, el coste disminuye y se optimiza la cadena de producción. Debemos de tener en cuenta que estas tareas rutinarias se pueden estimar en un 40-50% de la carga de algunas profesiones, eliminar ese 40-50% y dárselo a la máquina implica que todo ese tiempo se va a invertir en otras tareas de mayor valor. Por lo tanto, ese aporte es esencial y va a jugar un papel crucial dentro de este paradigma”. Estamos hablando de máquinas capaces de procesar grandes volúmenes de datos –mucho más de lo que puede procesar el ser humano–, y con esos datos se puede apreciar un histórico de lo que sucede, dónde ocurren fallos y dónde se puede mejorar. Con ese procesamiento de datos, algoritmos y Machine Learning se entrena a la máquina para que pueda asumir esas tareas.
Como profesionales, ¿cómo podemos entonces extraer el máximo valor posible de las herramientas de IA y que estás se conviertan en aliadas? La experta lo tiene claro: “Depende del sector. Juegan un papel fundamental los datos como fuente de información de los procesos y de lo que está sucediendo. El aumento de la potencia de los procesadores ha hecho que seamos capaces de procesar grandes volúmenes de datos en segundos. Con eso tenemos información de calidad para tomar decisiones y analizar lo que está ocurriendo. Obtenemos patrones de comportamiento, tendencias y somos capaces de personalizar la oferta para un cliente final”, explica.
En un sector como el retail, por ejemplo, toda esta información es esencial para acercarnos al consumidor con una oferta muy personalizada, recomendaciones que estén a la altura del segmento del cliente y que pueda tener un retorno de inversión y fidelización. Si nos vamos al sector financiero, la IA nos da información de mucho valor para recomendar inversiones y ver cuales son sus riesgos, predecir tendencias futuras, conceder una hipoteca… Toda esa información va a ser fundamental para cambiar cada uno de los sectores de la industria.